Los Reds nomás eran los únicos que no habían perdido en lo que iba de la temporada 2021/22 de la elite inglesa pero, en un partidazo, los Martillos le ganaron por 3 a 2 para quedar como escoltas del líder, Chelsea, e ilusionarse con dar pelea hasta las últimas consecuencias.
Un gol en contra de Alisson en el arranque de la noche fue una clara muestra que no sería la mejor contienda de Liverpool. Los dirigidos por Jürgen Klopp debían remar de atrás ante un equipo que eligió por defenderse hasta que Trent Alexander-Arnold, con un tiro libre delicioso, igualó las acciones a cinco minutos para el descanso.
Los del escocés, David Moyes, tuvieron un inicio de complementaria soñado. Pablo Fornals volvió a poner en ventaja al local tras recibir un lindo pase de Jarrod Bowen. Así, el español, corrió agarrando a contrapierna a sus rivales y prácticamente mano a mano puso las cosas 2 a 1 a los 21 minutos del segundo período.
No tardaron en reaccionar los de Klopp que fueron a buscarla al fondo del arco nuevamente. Bowen volvió a vestirse de asistente pero esta vez con un córner muy cerrado, con muchísima rosca, y buscando la cabeza del francés Kurt Zouma que soprendió a todos por el segundo palo para estirar la diferencia en Londres. No obstnate, más allá de la comodidad en el score para los Martillos, fueron los Reds quienes no bajaron los brazos y fueron a buscar el descuento que llegó cuando iban 37 tras una mediavuelta del belga, Divock Origi.
Liverpool sabía que ganando quedaba como único escolta del Chelsea y creía que podía sacar un buen resultado porque era el único invicto de la Premier League. No obstante, en un partidazo, West Ham se impuso por 3 a 2 para quitarle esa racha y para arrebatarle también el segundo lugar de la tabla de posiciones que ahora comparte junto al Manchester City.
