Cerca de 186 mil estudiantes del nivel de parvularia, de 4,700 instituciones educativas del país, consumen la bebida Biofortik.
Esta bebida es un suplemento nutricional para personas en edad escolar, elaborado a base de maíz fortificado y sorgo RCV (maicillo), alimento altamente nutritivo y saludable.
Los estudiantes consumen Biofortik tres veces a la semana. Con la bebida se busca corregir y mejorar las deficiencias nutricionales en la niñez, en etapa preescolar.
Biofortik es un suplemento que forma parte del Programa de Alimentación y Salud Escolar (PASE), impulsado por el Ministerio de Educación (MINED) y producto de investigación del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal «Enrique Álvarez Córdova» (CENTA) y del Parque Tecnológico en Agroindustria (PTA), de esta cartera de Estado.
Cómo se produce el Biofortik
De acuerdo a Luis Ibarra, Administrador General del PTA, la elaboración de esta bebida es un proceso agroindustrial y social que se genera al complementar la nutrición de los niños en los centros escolares. Es decir, un producto de investigación de ciclo cerrado.
La semilla se hace en los campos experimentales del CENTA, donde los investigadores han desarrollado una variedad de maíz y sorgo, el cual estamos utilizando actualmente. Según Ibarra, no son de cualquier tipo, son de alta calidad proteica, un producto de investigación nacional.
Una vez producida la semilla, esta se distribuye a los agricultores locales de forma gratuita; quienes siembran y cosechan. Posteriormente el grano es almacenado en una bodega en la que se pueden resguardar hasta siete mil quintales de manera adecuada para evitar cualquier daño.
Luego del almacenamiento, se procede al tostado y enfriamiento del grano. Posteriormente es enviado a través de un elevador neumático al molino y reducido a partículas muy finas, lo que permite sean disueltas en agua para darlo como bebida a los niños o hacer otros productos.
El siguiente paso es en los contenedores de harina de donde son descargados los volúmenes y luego mezclados.
Una vez terminada la mezcla se obtiene el Biofortik, el cual es empacado en bolsas de cinco libras y sellado de tal manera que evita la contaminación o descomposición del producto.
Con este proceso no solo se benefician los estudiantes, sino también los agricultores locales pues son contratados como proveedores.
Con esta bebida biofortificada, en el año 2015, el Ministerio de Educación a través del PTA ganó el premio “INNOVAGRO 2015” en la categoría Innovación Social.