Debido a su alta sensibilidad, estos menores experimentan miedo y pánico ante explosiones y cambios en su entorno durante las fiestas de Navidad.
Los estruendos les genera un alto nivel de ansiedad y estrés e incluso, pueden causarles crisis, episodios en los que se ponen tensos, lloran, gritan, se tapan los oídos desesperadamente y en algunos casos, pueden llegar a presentar convulsiones.

De igual manera, perciben rápidamente los cambios en su entorno, especialmente en estas fechas en que las familias se reúnen y las casas se decoran, situaciones que los desestabiliza.
Algunas recomendaciones
Pueden resultar igual de útiles los audífonos que cubren todo el oído. A través de estos dispositivos, el niño puede escuchar música relajante y sentirse mejor. Luego, es importante también dedicar un tiempo exclusivo al niño, atendiendo a sus necesidades y emociones.

Siguiendo estos consejos, es posible lograr que los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) vivan las celebraciones de Navidad como ellos necesitan y sin afectarlos.